Astor Piazzolla
Astor Pantaleón Piazzolla (Mar del Plata, 11 de marzo de 1921 - Buenos Aires, 4 de julio de 1992) fue un bandeonista y compositor argentino.
Fue uno de los músicos de tango más importantes del siglo XX. Estudió armonía y música clásica con la compositora y directora francesa Nadine Boulanger. En su juventud tocó y realizó arreglos orquestales para el bandeonista, compositor y director Aníbal Troilo. Cuando comenzó a hacer innovaciones en el tango, en lo que respecta a ritmo, timbre y armonía , fue muy criticado por los tangueros de la "Guardia Vieja", ortodoxos en cuanto a ritmo, melodía y orquestación. En los años posteriores sería reinvindicado por intelectuales y músicos de rock.
Entre los músicos contemporáneos que admiraba profundamente se encuentra Alfredo Gobbi, y fundamentalmente Osvaldo Pugliese. Este último, con sus composiciones Negracha, Malandraca y La yumba se adelantó a lo que Piazolla luego realizó como músico.
Astor Pantaleón Piazzolla nace el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata, Argentina, hijo único de Vicente Nonino Piazolla y de Asunta Mainetti. En 1925 la familia se radica en Nueva York hasta 1936, con un fugaz retorno a Mar del Plata en 1930. En 1929, a la edad de 8 años, su padre le regala su primer bandoneón que compra en una casa de empeños por 19 dólares. Estudia el bandoneón por un año con Andrés d'Áquila, y realiza su primera grabación, Marionete Spagnol, un acetato no comercial, producto de una intervención radiofónica en la Radio Recording Studio de Nueva York el 30 de noviembre de 1931.
En 1933 toma clases de música con el pianista húngaro Bela Wilda, discípulo de Rachmaninov y del que más tarde dijera: "Con él aprendí a amar a Bach". Poco después conoce a Carlos Gardel quien se hace amigo de la familia y con quien toma parte en una escena de la película El día que me quieras en el papel de un diminuto canillita. Esta imagen fílmica posee un valor emblemático en la historia del tango.
En 1936 retorna con su familia definitivamente a la Argentina, a Mar del Plata, en donde comienza a actuar en algunos conjuntos. Allí hace su segundo gran descubrimiento después de Bach, al escuchar por radio al sexteto de Elvino Vardano, quien años más tarde sería su violinista. Esa forma distinta de interpretar el tango lo impacta profundamente y se convierte en su admirador. La inclinación de Astor por el tango y, en especial, por ese tipo de tango que comienza a prender con fuerza en su espíritu y en su ánimo, lo lleva a radicarse en Buenos Aires en 1938.
Alterna en diversos conjuntos de segunda orden hasta que en 1939 concreta su sueño: ingresar como bandoneonista en una de las grandes orquestas de esos años, la de Aníbal Troilo Pichuco, uno de los mejores intérpretes de bandoneón y a quien Astor reconoce como uno de sus maestros.
Siente la necesidad de avanzar musicalmente y ya siendo arreglador de la orquesta de Troilo, inicia, en 1941, sus estudios musicales con Alberto Ginastera, y en 1943, estudia piano con Raúl Spivak. Sus arreglos fueron demasiado avanzados para la época, con la consecuencia de la corrección de Troilo para no espantar a los bailarines de las pistas.
En 1943 inicia sus composiciones de carácter erudito con la Suite para cuerdas y arpa, y en 1943 deja la orquesta de Aníbal Troilo para dirigir la orquesta típica que acompaña al cantor Francisco Fiorentino hasta 1946, en donde forma su primera orquesta que disuelve en 1949. Con esta orquesta comienza a desarrollar su impulso creador con composiciones y orquestaciones con el mayor criterio armónico y dinámico. Ese tango, del joven y audaz director, más moderno y distinto, empieza a provocar las primeras polémicas entre los tangueros clásicos.
En 1949 siente la necesidad de disolver la orquesta, apartarse del bandoneón y casi del tango. Busca algo distinto, otro destino. Sigue estudiando Bártok y Stravinsky, estudia dirección orquestal con Herman Scherchen, escucha mucho jazz. Su búsqueda se hace obsesiva, persiguiendo un estilo, una música que no tenga nada que ver con el tango.
Entre 1950 y 1954 compone un grupo de obras, claramente distintas de la concepción del tango hasta ese momento, en donde comienza a definir su estilo: Tanguango, Prepárense, Contrabajeandor, Triunfal, Lo que vendrá.
EN 1953 presenta la obra Buenos Aires (Tres Movimientos Sinfónicos), compuesta en 1951, en el concurso Fabien Sevitzky. Gana el primer premio y la obra es interpretada en la Facultad de Derecho de Buenos Aires por la Orquesta Sinfónica de la Radio del Estado, con el agregado de dos bandoneones y la dirección del propio Sevitzky. Estalla el escándalo, por las peleas a trompadas que se desencadenaron al finalizar el concierto, debido a la indignación que provocó en cierto sector "culto" del público, la incorporación de dos bandoneones a una orquesta sinfónica.
Uno de los premios que ganó en aquel concurso fue una beca otorgada por el gobierno francés para estudiar en París con Nadine Boulanger, considerada en aquellos tiempos como la mejor pedagoga que había en el mundo de la música. Al principio Piazzolla trata de ocultar su pasado tanguero y de intérprete de bandoneón, creyendo que su destino estaba en la música clásica. Este punto de conflicto queda resuelto después de sincerarse ante Boulanger y de interpretar su tango Triunfal. DE allí surge una recomendación histórica: "Astor, sus obras eruditas están bien escritas, pero aquí está el verdadero Piazzolla, no lo abandonde nunca."
En 1955, a su regreso a la Argentina, continúa con la orquesta de cuerdas y forma el Octeto Buenos Aires, inicio de la era del tango contemporáneo. Comienza su revolución solitaria y a ganarse la eterna enemistad de los los tangueros ortodoxos, despertando en su contra las más impiadadas críticas. En 1958 disuelve la orquesta de cuerdas y el octeto y viaja a Nueva York a trabajar como arreglador.
Entre 1958 y 1960 actúa en Estados Unidos, donde realizó la experiencia negativa del Jazz-Tango, y donde, a raíz de la muerte de su padre, en octubre de 1959, escribe en Nueva York su famoso Adiós Nonino. Al regresar conformo el primero de sus famosos quintetos denominado Nuevo Tango.
En 1969 junto a Horacio Ferrer compone Balada para un loco, presentado en el primer Festival Iberoamericano de la Canción, donde se le concede un polémico segundo premio. Esta obra resultó ser su primer impacto realmente popular, estrenada por Amelita Baltar, con el propio Piazzolla en la dirección de orquesta.
En 1972 se produce su primera actuación en el Teatro Colón de Buenos Aires, compartida con otras orquestas de Tango. En 1973, luego de un gran período como compositor, sufre un infarto que lo obliga a reducir su actividad artística. Ese mismo año decide instalarse en Italiadonde inicia una serie de grabaciones que cubren 5 años, siendo la más célebre Libertangfo, su carta de presentación ante el público europeo.
En estos años forma el Conjunto Electrónico: un octeto constituído por bandoneón, piano eléctrico y/o acústico, órgano, guitarra y bajo eléctrico, batería, sintetizador y violín, que luego fuera sustituido por flaut traversa o saxo. En 1975 se incorpora como cantante José Trelles y alternan en el conjunto músicos argentinos y europeos.
En diciembre de 1976 se lleva a cabo un explosivo concierto en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, donde presenta su obra, 500 Motivaciones, escrita especialmente para el conjunto electrónico. En 1977 registra otro memorable conciero en el Olympia de París, con un conjunto similar al anterior, pero con músicos de procedencia más cercana al rock. Piazzolla deja repentinamente de interesarse por la música electrónica, pues no lo considera como música verdadera de Piazzolla. En 1978 nace la segunda etapa del Quinteto, que lo consolidó en los escenarios del mundo, iniciando asimismo una etapa de composición de música de cámara y música sinfónica.
Los próximos diez años son considerados los mejores años de Piazzolla en cuanto a su difusión. Se intensifican las giras por todo el mundo: Japón, Sudamérica, Europa y Estados Unidos. En un período que llega hasta 1990, realiza una vertiginosa serie de conciertos, fundamentalmente con el Quinteto y también como solistas de orquestas sinfónicas y de cámara, y en los últimos años, con su última formación, el Sexteto y con cuartetos de cuerdas.
En 1982 escribe Le Grand Tango para cello y piano, dedicado al gran cellista ruso Mstislav Rostropovich y que fuera estrenada por éste en 1990 en Nueva Órleans. En junio de 1983 se produce uno de los hechos más significativos de su vida: se presenta con un programa íntegramente dedicado a su música en el Teatro Colón de Buenos Aires, principal escenario de la música clásica de la Argentina. Para la ocasión reagrupa el Conjunto 9 y también interviene como solista con la Orquesta Sinfónica , interpretando su célebre Concierto para bandoneón y orquesta.
En 1986 recibe en París el premio César para la banda sonora del filme El exilio de Gardel y graba junto a Gary Burton la Suite for Vibraphone y New Tango Quintet, en vivo, en el Festival de Jazz de Montreux, Suiza. En 1987 graba con la Orquesta de St. Luke's, dirigida por Lalo Schiffrin, el Concierto para bandoneón y Tres Tangos para Bandoneón y Orquesta.
El concierto que tiene lugar en 1987 en el Central Park de Nueva York frente a un público masivo posee para Piazzolla el valor de una reivindicación histórica. La ciudad donde pasó su infancia, donde quedó suyugado por la música de Bach y del jazz, y donde fracasó en 1958, finalmente le presta atención a su música, lo que queda documentado en los discos que realiza en Estados Unidos durante los últimos años de la década de los 80.
En 1988, pocos meses después de grabar su último disco con el Quinteto es sometido a una operación de cuatro by-pass cardiovasculares. Poco después, a principios de 1989, forma el que sería su último conjunto: el Sexteto Nuevo Tango de características inusuales: dos bandoneones, piano, guitarra eléctrica, contrabajo y violoncello. Con este conjunto se presenta el Teatro Ópera de Buenos Aires, en el que sería su último concierto en Argentina, y realiza una extensa gira por Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Holanda.
A finales de 1989 disuelve este conjunto y continúa presentándose como solista con cuartetos de cuerdas y orquestas sinfónicas, hasta que, el 4 de agosto de 1990 sufre una trombosis cerebral. Después de casi dos años de sufrir las consecuencias de esta enfermedad, muere en Buenos Aires, el 4 de julio de 1992. Su obra, compuesta por más de 1000 temas, en las que consigue una singularidad creadora e insoslayablemente argentina, comienza a tener influencias sobre los mejores músicos del mundo y de distintos géneros, como el violinista Gideon Kremer, el chelista Yo-Yo-Ma, el Cuarteto Kronos, los pianistasEmanuel Ax y Arthur Moreira Lima, el guitarrista Ali Di Meola, los hermanos Assad y numerosas orquestas de cámara y sinfónicas. Una obra que se caracteriza por su potencia estética y su rasgo único, casi solitario. Se trata de un lenguaje que ha conseguido un estilo inquebrantable, fascinante e impactante a la vez. Con elementos dispares y rebeldes (jazz, música clásica y exploración tímbrica) produce una obra única bajo el drástico pulso de su tango.
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