Vicente Aleixandre
Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo (Sevilla, 26 de abril de 1898 - Madrid, 13 de diciembre de 1984), fue un poeta español perteneciente a la llamada Generación del 27. Elegido académico en sesión el 30 de junio de 1949, ingresa a la Real Academia Española el 22 de enero de 1950. Fue Premio Nacional de Literatura en 1933 por La destrucción o el amor, Premio de la Crítica en 1963 por En un vasto dominio y nuevamente en 1969 por Poemas de la Consumación. Asimismo fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1977.
Nace en Sevilla. En 1900, el padre, ingeniero de ferrocarril se traslada con toda su familia a Málaga, donde transcurrirán los próximos nueve años de su vida. En 1909 la familia se traslada a Madrid, donde el joven comenzó a cursar el Bachillerato en el colegio Teresiano. En 1913 obtiene su título de Bachiller y cursa la preparatoria en la Facultad. Ese mismo año fallece su abuelo, viejo general de las campañas de Cuba, que influyó en la formación del poeta.
En octubre de 1914 tras el curso preparatorio de Letras, ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid y en la Escuela de Comercio. En 1917 veranea en el pueblo Las Navas del Marqués donde conoce a Dalmaso Alonso, quien le presta la antalogía de Rubén Darío, realizada por Andrés González Blanco en 1910, y el joven descubre entonces que la poesía es, según sus propias palabras una verdad comunicada. En octubre de ese año, inspirado por el nuevo mundo de una reveladora expresión estética intenta sus primeras composiciones poéticas.
Obtiene la Licenciatura en Derecho en 1919. Da clases de Derecho Mercantil e imparte un curso para extranjeros en la Residencia de Estudiantes sobre Lenguaje de la técnica comercial. Aparece su primer poema publicado en la revista sevillana Grecia. Entre 1921 y 1924 la imagen de un joven Aleixandre, enérgico y entregado a la actividad profesional, contrasta con la del poeta sedentario que será cuando la enfermedad le imponga un tenaz cerco. Trabaja como corresponsal administativo en la secretaría de la empresa Ferrocarriles Andaluces, colabora con artículos especializados en la revista de economía La Semana Financiera y en la de temas ferroviarios, Revista de Comunicaciones.
En 1922 conoce a Rafael Alberti en el Ateneo de Madrid, donde éste ha realizado una exposición de pintura. Sufre su primera dolencia, una artritis infecciosa en la rodilla. Por esos años vive su primera gran pasión juvenil con la actriz de variedades Carmen Granada. Viaja a Portugal, Inglaterra, Suiza, Francia y comienza la escritura de su primer poemario Ámbito.
En 1925 ingresa en la Compañía de los Ferrocarriles del Norte, pero una nefritis tuberculosa impedirá el comienzo de su carrera profesional como letrado economista, abriéndose aquella del poeta. Durante sus meses de convalecencia concluye Ámbito, mientras la Revista del Occidente publicará, en 1926 sus primeros poemas. En 1927 participa del homenaje a Góngora en la revista Verso y Prosa y entabla amistad con Juan Ramón Jimenez y Federico García Lorca. El 12 de octubre asiste, en compañía de Dámaso Alonso y Rafael Alberti al estreno de Mariana Pineda de Federico García Lorca.
En 1928 aparece finalmente su primer libro, Ámbito. La enfermedad lo obliga a dejar el trabajo en la Compañía de Ferrocarriles y a guardar el más absoluto reposo. La lectura es su gran compañía, siendo un admirador de James Joyce, y Sigmund Freud. Tampoco le son desconocidos Lautreamont, Reverdy, Rimbaud y Apollinaire, quienes influirán en su poesía.
En 1930 Gerardo Diego lo incluye en su antología, Poesía española (1915- 1931). El recrudecimiento de la enfermedad renal obliga a extirparle el riñón afectado. El éxito de la arriesgada intervención le salva la vida. La lenta recuperación la pasa en Miraflores de la Sierra, donde fijará el lugar de descanso para los veranos. En 1932 se publica su segundo libro, Espadas como labios.
En 1933 con el libro La destrucción o el amor, aun inédito, para muchos la obra capital del surrealismo hispano, obtiene el Premio Nacional de Literatura. En 1935 nacen La destrucción o el amor en Madrid y Pasión de la tierra en México. Conoce a Pablo Neruda y a Miguel Hernández. Colabora en la revista de Neruda, Caballo verde para la poesía. En 1936 termina los poemas para el libro Mundo a solas, y en 1937 publica su semblanza sobre Federico García Lorca, recientemente asesinado.
Obtiene la Licenciatura en Derecho en 1919. Da clases de Derecho Mercantil e imparte un curso para extranjeros en la Residencia de Estudiantes sobre Lenguaje de la técnica comercial. Aparece su primer poema publicado en la revista sevillana Grecia. Entre 1921 y 1924 la imagen de un joven Aleixandre, enérgico y entregado a la actividad profesional, contrasta con la del poeta sedentario que será cuando la enfermedad le imponga un tenaz cerco. Trabaja como corresponsal administativo en la secretaría de la empresa Ferrocarriles Andaluces, colabora con artículos especializados en la revista de economía La Semana Financiera y en la de temas ferroviarios, Revista de Comunicaciones.
En 1922 conoce a Rafael Alberti en el Ateneo de Madrid, donde éste ha realizado una exposición de pintura. Sufre su primera dolencia, una artritis infecciosa en la rodilla. Por esos años vive su primera gran pasión juvenil con la actriz de variedades Carmen Granada. Viaja a Portugal, Inglaterra, Suiza, Francia y comienza la escritura de su primer poemario Ámbito.
En 1925 ingresa en la Compañía de los Ferrocarriles del Norte, pero una nefritis tuberculosa impedirá el comienzo de su carrera profesional como letrado economista, abriéndose aquella del poeta. Durante sus meses de convalecencia concluye Ámbito, mientras la Revista del Occidente publicará, en 1926 sus primeros poemas. En 1927 participa del homenaje a Góngora en la revista Verso y Prosa y entabla amistad con Juan Ramón Jimenez y Federico García Lorca. El 12 de octubre asiste, en compañía de Dámaso Alonso y Rafael Alberti al estreno de Mariana Pineda de Federico García Lorca.
En 1928 aparece finalmente su primer libro, Ámbito. La enfermedad lo obliga a dejar el trabajo en la Compañía de Ferrocarriles y a guardar el más absoluto reposo. La lectura es su gran compañía, siendo un admirador de James Joyce, y Sigmund Freud. Tampoco le son desconocidos Lautreamont, Reverdy, Rimbaud y Apollinaire, quienes influirán en su poesía.
En 1930 Gerardo Diego lo incluye en su antología, Poesía española (1915- 1931). El recrudecimiento de la enfermedad renal obliga a extirparle el riñón afectado. El éxito de la arriesgada intervención le salva la vida. La lenta recuperación la pasa en Miraflores de la Sierra, donde fijará el lugar de descanso para los veranos. En 1932 se publica su segundo libro, Espadas como labios.
En 1933 con el libro La destrucción o el amor, aun inédito, para muchos la obra capital del surrealismo hispano, obtiene el Premio Nacional de Literatura. En 1935 nacen La destrucción o el amor en Madrid y Pasión de la tierra en México. Conoce a Pablo Neruda y a Miguel Hernández. Colabora en la revista de Neruda, Caballo verde para la poesía. En 1936 termina los poemas para el libro Mundo a solas, y en 1937 publica su semblanza sobre Federico García Lorca, recientemente asesinado.
La guerra civil es para él una dolorosa prueba a la que solo podrá sobreponerse con el paso del tiempo y el acopio de sus reservas interiores. Desaparece trágicamente Lorca a quien estaba unido por lazos de estrecha amistad. Sus compañeros de generación se marchan al exilio. En 1939 estribe Primavera en la tierra, primer poema de Sombra del Paraíso.
Durante el inicio de la posguerra, las autoridades franquistas, conocedoras del apoyo del poeta a la causa del pueblo, intentarán crear un vacío en torno a su obra, aunque no lo logran: la personalidad del poeta, que se ha convertido en el máximo representante del exilio interior de su generación, se impone a cualquier intento de censura. En 1942 conoce a Carlos Bousoño, quien ocho años más tarde publicará su importante libro sobre el poeta. En noviembre de 1943 escribe La isla, último poema de Sombra del paraíso, que terminará de imprimirse en mayo de 1944, asegurándose el poeta un lugar en la historia de la poesía española. La revista Coral de Valencia le dedica un homenaje. En 1952 asiste al Primer Congreso de Poesía en Segovia y se publica su libro Nacimiento último. En 1954, con el libro, Historia del corazón, se inicia, lo que algunos llaman la segunda época del poeta.
En 1947 inicio gestiones para que se publique, por primera vez después de la guerra civil, un libro de José Hernández. Al cumplir los 60 años de edad, la revista Papeles de Son Armadans de Camilo José Cela, le dedica un número homenaje. En 1960 sale la primera edición de sus Poesías Completas, en 1965 su libro Retratos con nombre, en 1968, Poemas de la Consumación y en 1971 su antología Poesía superrealista.
Profesores españoles y extranjeros presentan su candidatura para el Premio Nobel de Literatura. Aparece en Estocolmo una antología de su obra. Es el comienzo de una serie de nombramientos que terminarán el 6 de octubre de 1977, cuando la Academia Sueca le conceda el Premio Nobel de Literatura por una obra de creación poética innovadora que ilustra la condición del hombre en el cosmos y de nuestra sociedad actual, a la par que representa la gran renovación, en la época de entreguerras, de las tradiciones de la poesía española.
A principios de año le ataca un herpes zoster en la cara. Por una dificultad respiratoria, ingresa en el Sanatorio de Nuestra Señora del Loreto. La enfermedad, de la que no acaba de recuperarse, y el desarrollo progresivo de unas cataratas que lo dejarán casi ciego, lo mantienen muy aislado. Sus últimos años transcurren marcados por las secuelas de la vejez y la enfermedad. Pierde parcialmente la visión y no reconoce su propia escritura. Al año siguiente concede algunas entrevistas de prensa. Es hospitalizado de urgencia el 10 de diciembre de 1984 en la clínica Santa Helena con hemorragia intestinal, falleciendo en la noche del 13 de diciembre, y es enterrado en el panteón familiar del cementerio de la Almúneda, el 15 de diciembre.
Durante el inicio de la posguerra, las autoridades franquistas, conocedoras del apoyo del poeta a la causa del pueblo, intentarán crear un vacío en torno a su obra, aunque no lo logran: la personalidad del poeta, que se ha convertido en el máximo representante del exilio interior de su generación, se impone a cualquier intento de censura. En 1942 conoce a Carlos Bousoño, quien ocho años más tarde publicará su importante libro sobre el poeta. En noviembre de 1943 escribe La isla, último poema de Sombra del paraíso, que terminará de imprimirse en mayo de 1944, asegurándose el poeta un lugar en la historia de la poesía española. La revista Coral de Valencia le dedica un homenaje. En 1952 asiste al Primer Congreso de Poesía en Segovia y se publica su libro Nacimiento último. En 1954, con el libro, Historia del corazón, se inicia, lo que algunos llaman la segunda época del poeta.
En 1947 inicio gestiones para que se publique, por primera vez después de la guerra civil, un libro de José Hernández. Al cumplir los 60 años de edad, la revista Papeles de Son Armadans de Camilo José Cela, le dedica un número homenaje. En 1960 sale la primera edición de sus Poesías Completas, en 1965 su libro Retratos con nombre, en 1968, Poemas de la Consumación y en 1971 su antología Poesía superrealista.
Profesores españoles y extranjeros presentan su candidatura para el Premio Nobel de Literatura. Aparece en Estocolmo una antología de su obra. Es el comienzo de una serie de nombramientos que terminarán el 6 de octubre de 1977, cuando la Academia Sueca le conceda el Premio Nobel de Literatura por una obra de creación poética innovadora que ilustra la condición del hombre en el cosmos y de nuestra sociedad actual, a la par que representa la gran renovación, en la época de entreguerras, de las tradiciones de la poesía española.
A principios de año le ataca un herpes zoster en la cara. Por una dificultad respiratoria, ingresa en el Sanatorio de Nuestra Señora del Loreto. La enfermedad, de la que no acaba de recuperarse, y el desarrollo progresivo de unas cataratas que lo dejarán casi ciego, lo mantienen muy aislado. Sus últimos años transcurren marcados por las secuelas de la vejez y la enfermedad. Pierde parcialmente la visión y no reconoce su propia escritura. Al año siguiente concede algunas entrevistas de prensa. Es hospitalizado de urgencia el 10 de diciembre de 1984 en la clínica Santa Helena con hemorragia intestinal, falleciendo en la noche del 13 de diciembre, y es enterrado en el panteón familiar del cementerio de la Almúneda, el 15 de diciembre.
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